Además de en Canibalista y en Las Provincias los viernes, escribo de restaurantes y gastronomía en el magazine cultural El Hype y en la Guía Hedonista. Aquí puedes leer algunas de mis colaboraciones.
Contrapunto es el resultado de unir la ópera La Bohème con las guitarras de Deep Purple. Elegancia, intensidad y amor por el producto a los pies del Palau de les Arts. A la batuta, Pablo Ministro, un joven chef con alma de rockero. Leer más
Propuestas gastronómicas de otoño en VLC
El otoño se presenta interesante gastronómicamente en la ciudad de Valencia. Estos cuatro restaurantes acaban de abrir sus puertas y ya merecen estar en nuestra lista Hype de imprescindibles. Leer más
Había hecho la reserva hacía dos meses y medio. Era lo mínimo que tendría que esperar si quería comer entre semana. Si la mesa era para el fin de semana, entonces el tiempo de espera se ampliaba a ocho meses. No hablo de Diverxo ni del Celler de Can Roca, sino de un bar de Dénia, un baret, del que no nunca había oído hablar. – Leer más.
Ay, la cocina fusión… Esa tendencia de moda bajo la que se enmascaran decenas de propuestas de medio pelo que, bajo la etiqueta de la asociación culinaria de dos culturas, una de ellas exótica a ser posible, acaban perdiendo ambas la identidad. Leer más
Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Sun Tzu, el escritor chino al que se le atribuye la frase, recogida en el célebre El Arte de la Guerra, se atrevió a ofrecer este consejo porque nunca antes había tenido que lidiar con las Fallas de Valencia y, por extensión, con los falleros. Jamás se habría atrevido a emitir el proverbio si hubiese vivido en la zona cero de las fiestas, el barrio de Ruzafa o el centro. Pero si en Fallas no pueden huir de la ciudad, habrá que hacer caso al chino y tratar de convivir con ellas en la mayor armonía posible. – Leer más
Valencia tiene una cara visible, luminosa, que se encuentra a ras de suelo. Es la cara por la que paseamos, en la que nos relacionamos, a la que adoramos en ocasiones y lanzamos improperios en otras. En la que se confunde el aroma de las flores con el hedor de alcantarilla. La Valencia que vivimos y sufrimos. Pero solo unos metros más abajo, descubrimos otra cara de la ciudad. Una cara oculta y milenaria que nos habla de nuestros antepasados y nos arroja una herencia romana, visigoda, musulmana y cristiana que circula por nuestros genes. El barrio del Carmen está atravesado por esas venas que recorren el subsuelo mostrando restos de lo que fuimos. Vestigios que han resistido siglos, muchos de ellos destruidos por el afán urbanizador. Otros, los menos, conservados como testigos impávidos de la historia. Leer más
Siempre he mantenido que en Valencia no es tarea fácil encontrar un restaurante donde disfrutar una buena paella valenciana. Con ello no quiero decir que no haya locales que traten este plato, el más reconocible de la gastronomía patria y el más exportable fuera de nuestras fronteras, como se merece. Se me ocurren cuatro o cinco restaurantes en los que la paella siempre está en su punto, pero desgraciadamente no suele ser la tónica general. Leer más.
Uno no llega a la cima por casualidad a menos que seas hijo de banquero, político o guardes parentesco con la rancia aristocracia de este país. En esos casos, poco tiene que ver el azar y mucho el apellido y la cuenta corriente. Para el común de los mortales, llegar a lo más alto supone muchas horas de trabajo y dedicación, si le sumas talento, inteligencia y pasión, puedes dar con la perseguida e incierta fórmula del éxito. Estas tres características las reúne Ricard Camarena, probablemente el mejor restaurador que tenemos en la Comunidad Valenciana hoy en día. Un cocinero originario de Barx que descubrió su profesión a una edad tardía y cuya trayectoria ha sido meteórica. Leer más.
No es raro que al proponer un restaurante vegetariano, tu acompañante o el resto de la pandilla se queje. “¿Un vegetariano? ¡Qué pereza! Para comer alfalfa o ensalada, me quedo en casa”. Confieso que yo también era de esa opinión, hasta que visité Copenhagen y mis prejuicios se derrumbaron como un castillo de naipes en un día de poniente. Leer más
L’Alquimista es uno de esos restaurantes que sorprende y, cuando estás saturado de comer o cenar en sitios mediocres que no dejan ningún tipo de huella, hace que te reconcilies con el universo gastronómico en general y con la comida italiana en particular. Desde que lo descubriera hará cosa de seis años, nunca me ha defraudado. Ocupa uno de los principales lugares en el podio de los mejores italianos de Valencia, sin ninguna duda. Leer más.
A pesar de la eclosión de buenos restaurantes que ha vivido Valencia en los últimos años, estos suelen concentrarse en un área reducida de la ciudad. Si uno se sale del triángulo Ruzafa-Cánovas-Carmen, es difícil encontrar opciones interesantes, con honrosas excepciones. Leer más
Hago las paces con el barrio de El Carmen, en lo que al asunto gastronómico se refiere, después de descubrir en los últimos meses varios restaurantes que me demuestran que estaba equivocada al creer que la zona, plagada de locales enfocados a guiris sin criterio ni paladar, estaba muerta, culinariamente hablando. Mi reconciliación definitiva con el casco histórico viene de la mano de La Salvaora, una taberna española que bebe de las recetas tradicionales nacionales y las perfecciona con una ligera aportación innovadora y personal y un producto de primera. – Leer más
No es fácil que un restaurante coseche, desde su apertura, unanimidad en cuanto a las opiniones favorables que suscita. Si éstas vienen avaladas además por la dificultad o imposibilidad de encontrar mesa, entonces hay que prestarle atención y comprobar si la fama es merecida o por el contrario es el resultado de una moda fugaz. Mar d’Avellanes es uno de esos locales cuya visita hay que planificar con antelación si quieres encontrar hueco. Sin reserva es muy difícil comer o cenar, sobre todo en fin de semana. Leer más
Tratar de luchar contra un prejuicio es agotador. Es casi imposible contarle a alguien que has descubierto un restaurante donde se come de lujo en la Plaza de la Reina y que no te mire raro. “¿En la Plaza de la Reina? Si son todos sitios de guiris…”. Todos, no, querido. Todos menos uno. Todos excepto un restaurante llamado Pico Fino que desde marzo se erige como la aldea de la Galia que se resiste a ser conquistada por los romanos. Leer más
Desde que uno atraviesa la puerta de Q de Barella, se siente a gusto. Algo hay en el ambiente que lo hace especial, probablemente sea el cariño y el mimo con el que fue concebido, que fluye por la sala hasta impregnar todo su interior. El restaurante se sitúa en la calle Finlandia, muy cerca del Mestalla y del Hotel Westin, una ubicación apartada del centro que busca una clientela que gusta alejarse de lo de siempre, para encontrar una cocina más personal. – Leer más
El Restaurante Riff es uno de esos sitios que se reservan para las ocasiones especiales, un cumpleaños, un aniversario, un ascenso. Esa era mi idea hasta el pasado viernes, un día normal y corriente, en el que aparentemente no había nada que celebrar, o sí. Un viernes más, que se convirtió en extraordinario por el simple hecho de comer en Riff. Y eso es precisamente lo que brinda este lugar, un oasis donde disfrutar de la vida sin tener que inventarse ninguna excusa, sin necesidad de justificación. Un lujo a la vuelta de la esquina. Es para poder hacer este tipo de cosas, por las que uno se pasa diez horas al día currando. – Leer más
Lo mágico del mundo de la cocina es que, por mucho que uno se esmere en seguir los pasos de una receta paso por paso, el resultado final nunca es el mismo. No hay dos platos de arroz con acelgas idénticos ni dos tortillas de patata que compartan textura. Lo maravilloso de la gastronomía reside en esa embriagadora sensación que se apodera de ti al probar un plato tan aparentemente cotidiano como es una ensaladilla rusa. Leer más
Desde que hace unos años comenzaran a proliferar los blogs de gastronomía, los portales de reseñas y críticas de restaurantes y las opiniones en Facebook, me es imposible acudir a comer o a cenar a algún sitio sin haber escaneado antes lo que otros comensales han dicho en las diferentes webs. No ocurre solo con los restaurantes. La virginidad mental con la que afrontabas un viaje en la era pre Internet te alejaba de cualquier prejuicio al enfrentarte por primera vez a un lugar del que no habías visto una foto ni leído un comentario. Ahora, con el todopoderoso Google fotografiando cualquier rincón del planeta, es poco probable participar de una experiencia pura y libre de prejuicios. – Leer más