Con el mantel puesto y la copa llena

Debía rondar los 19 años cuando una de mis grandes amigas me regaló  un “Libro de Restaurantes”, un cuaderno en el que apuntar mis impresiones  acerca de los locales que empezaba a descubrir entonces y en los que la huella que dejaba una comida o una cena lo hacían merecedor de entrar en esa personal…